Y es que el corazón es así,
cuando uno es chico...
que hasta siente que en la noche
nace el alba.
Y tiene un ángel que no duerme
ni se esconde,
y tiene un hada haciendo brisa
en nuestra cama.
Y es que uno es así, pequeña,
cuando uno es chico...
que hasta siente que en la noche
nace el alba.
Y tiene un ángel que no duerme
ni se esconde,
y tiene un hada haciendo brisa
en nuestra cama.
Y es que uno es así, pequeña,
cuando es niño…
pero algo pasa, te detienes
y no avanzas,
y en tu imagen que no rompe la dulzura…
pero algo pasa, te detienes
y no avanzas,
y en tu imagen que no rompe la dulzura…
y que rebasa
lo que el vientre ha dado forma…
tú das brincos aferrando tu inocencia,
a ésta espalda de mujer
a ésta espalda de mujer
que a veces llora.
Mas tu llanto, que es diluvio de ternura
y en tus manos aún heridas
Mas tu llanto, que es diluvio de ternura
y en tus manos aún heridas
de distancia…
no se mancha de amargura tu sonrisa
ni se aleja del camino la esperanza...
ni se aleja del camino la esperanza...
Si viste al labio de cerezas juguetonas
0 el cabello de corales mariposas,
sobre el paso del violín
que distorsiona,
con las gotas que resbalan
con las gotas que resbalan
por su arco
y dan el tono a las gaviotas de tu boca.
O en la lluvia que rocía de cristales
los espejos que no saben
y dan el tono a las gaviotas de tu boca.
O en la lluvia que rocía de cristales
los espejos que no saben
de tu forma.
Pero, ahh… el tiempo pasa,
Pero, ahh… el tiempo pasa,
mi pequeña,
el cuerpo sobra.
Y el corazón no es ya
cómo celestes amapolas.
el cuerpo sobra.
Y el corazón no es ya
cómo celestes amapolas.
Y la luciérnaga silvestre que te adorna,
no alumbra más,
si el pecho es alto y no perdona.
Pero en la higuera que desprende las caricias
no alumbra más,
si el pecho es alto y no perdona.
Pero en la higuera que desprende las caricias
y en la hoja que adormece la marmota,
tú te haces de un palacio con dragones,
bajo el trono y sobre el roce de algún ala,
en la pupila siempre azul del dios de agua
o sobre el seno que respira
el viento ámbar.
Pero las notas, si el corazón duele,
son distintas…
Porque el reloj no para,
Pero las notas, si el corazón duele,
son distintas…
Porque el reloj no para,
si el momento se reduce
y uno teme untar la mano en acuarelas
y no sabe ya
dejar la huella en el castillo
que de niños cobijaba las derrotas.
Pero tu corazón, pequeña, es galopante,
y tiene un ritmo que reluce en la mirada
y esa calma que engalana la montaña...
Que es del pez que bebe nubes
de naranja…
que es de ave, que anda, vuela
y siempre ama.
y no sabe ya
dejar la huella en el castillo
que de niños cobijaba las derrotas.
Pero tu corazón, pequeña, es galopante,
y tiene un ritmo que reluce en la mirada
y esa calma que engalana la montaña...
Que es del pez que bebe nubes
de naranja…
que es de ave, que anda, vuela
y siempre ama.
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