sábado, 8 de septiembre de 2007

Réquiem


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Huellas…
y ya no hay luz que ciegue el abismo,
y aquí, todos callamos, y callamos con Dios.


I.
Una imagen, dos sonrisas, una niña
y la sangre que no calla y nos profana el ojo:
refugio onírico de inmadurez traslucida,
de gota antigua que nos perfora el cráneo
y nos perdona o no.
Y a veces lloramos, y aquí nadie esconde
la cortina amarilla que le nubla inmóvil
la estreches del halito/murmullo rabioso,
del silencio que grita desde un grito al dolor.


II.
Sí, porque no hay gritos que despierten fantasmas
bajo la cama morosa, o el gato que duerme,
o la araña furiosa que no sabe aquel nombre,
que no canta y desploma sus fauces nacientes
bajo dos piernas sin carne, bajo dos labios sin luz.
O el brazo que gime lo que carga el naufragio:
los ojos, sus ojos, los tuyos, el árbol,
los dientes, las uñas, un golpe, tu frente,
-el cielo baldío- y todo empieza -la muerte-
y todo acaba entre las aguas y el sol.
Y tú no escuchas, porque abajo las campanas
tienen hilos rojos y goteantes de formas;
de esquelas valvas que nos gritan mil lenguas,
como cantares pálidos de yeso y de arroz.



III.
Pero aquí, nos guardamos el cincel en las huellas
que nos dibujan las piernas, pequeñas/inciertas,
bajo el temblor lechoso de dos miedos púbertos
a un adagio mestizo de lentejas y cal.
O en la espada lasciva, que nos guiña barroca
el orco menguante de la virgen menstruosa,
que nos adentra a su lecho, estéril de incestos
con demonios cobrizos entre ángeles muertos,
o de manos sangrantes en las sienes violadas,
sobre el mundo acuoso de este barco en la piel.


IV.
Porque no se puede decir No
y el Sí, derrama y abajo dispersa,
una llovizna sacra de sueños morbosos,
de vocecitas sutiles entre rostros desnudos,
de nombres de fechas, y una boca y tu frente,
-y el cielo baldío- y todo empieza -la muerte-
Y no hay oídos que cieguen abismos,
y no hay diluvios, y ya no hay mundo,
aquí, ya no.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Reverencial, Sid. Leer poesía tan grande hace que me incline mirando desde el suelo. Eres enorme, niña.

Anónimo dijo...

Vaya. El anterior es mío.

Un beso

Rubén

xwoman dijo...

ayy a veces anda puede salvarnos...
:$

Jose Joel Rios dijo...

Si un comentario mío te abarcara con mi voz. Mi silencio fuese mayor...

Sin palabras. Leerte es adicción.